La gran diferencia entre una blockchain pública y privada radica, esencialmente, en quiénes pueden participar y hacer uso de la red. En el primer caso, se trata de blockchains abiertas; en el otro, cadenas de bloques cerradas, que requieren de permisos especiales para el acceso.
A continuación, una explicación lo más simple posible y sin mares de terminologías…
Ambas se distinguen, principalmente, por el modo de acceso a cada una de ellas, es decir: quiénes pueden participar de la red, ejecutar el protocolo de consenso y mantener el libro mayor distribuido.
El «libro mayor» es un pilar de la contabilidad, usado para registrar en cada página las diferentes cuentas contables de una empresa o institución.
Gracias a los avances de la criptografía, los algoritmos y el poder de la computación fue posible el surgimiento de los llamados «libros mayores distribuidos», que pueden describirse como una base de datos digital, actualizada y mantenida de modo independiente por cada participante (nodo) de la red.
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¿Qué comparten una blockchain pública y privada?
- Son redes descentralizadas P2P – peer-to-peer (de igual a igual)-, donde cada uno de los usuarios que participa mantiene una copia del libro mayor distribuido, es decir de todas las transacciones realizadas hasta el momento.
- Mantienen dichas copias al mismo tiempo, a través de un protocolo de consenso.
- Ambas ofrecen ciertas garantías sobre la inmutabilidad del libro mayor, sin posibilidad de eliminar o alterar los datos registrados en la cadena de bloques, más allá de defectos, errores o intenciones maliciosas de sus participantes.
Diferencias entre una blockchain pública y privada
En las blockchains públicas las transacciones que se registran en la cadena de bloques pueden ser vistas por todos, pero la identidad de los participantes es casi imposible de inferir.
En las blockchain privadas, los miembros son conocidos entre sí, pero las transacciones suelen ser confidenciales entre los participantes involucrados.
Blockchain pública
Cualquier persona puede unirse y participar de la red, ya sea para hacer modificaciones, acceder y ver todos los datos registrados en la cadena de bloques, o validad y registrar un nuevo bloque -siempre y cuando se ajuste a las reglas del sistema-.
Las blockchains públicas representan los valores cardinales de esta tecnología, siendo plataformas descentralizadas, distribuidas y autogobernadas (sin entes centrales ni intermediarios).
Por naturaleza, la estructura de las cadenas de bloques públicas es descentralizada; ningún organismo, empresa ni institución tiene control sobre la red. Además, los datos almacenados no pueden cambiarse, una vez validados en la cadena de bloques.
Desde cualquier lugar del mundo, cualquier usuario puede utilizar una blockchain pública para registrar datos o transacciones cada vez que esté conectado a la red.
Las blockchains públicas son completamente abiertas. Cualquiera puede unirse y participar. Para ello, la red suele tener su propio sistema de incentivos y reglas, para así estimular que más participantes se sumen al ecosistema.
Bitcoin, la primera criptomoneda del mundo, registra sus transacciones en una blockchain pública.
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Desventajas de la blockchain pública
Tal como apunta Praveen Jayachandran de IBM, uno de los problemas de las cadenas de bloques públicas es el gran poder computacional requerido para mantener un libro mayor distribuido a gran escala.
Para lograr un consenso, en una red blockchain pública cada nodo debe resolver un complejo problema criptográfico, que demanda una gran cantidad de recursos energéticos.
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Además, al ser abiertas, las cadenas de bloques públicas se caracterizan por ofrecer poca o ninguna privacidad para las transacciones, lo cual puede no resultar conveniente para el caso de empresas.
Ejemplos de blockchains públicas:
- Bitcoin
- Ethereum
- Monero
- Litecoin
- Dash
- Dodgecoin
- etc., etc., …
Blockchain privada
Para participar de las cadenas de bloques privadas, se requiere de una autorización.
Su funcionamiento es parecido al de las blockchains públicas, pero se distingue por presentar controles de acceso que restringen a quiénes pueden unirse a la red.
Las blockchains privadas poseen una o varias entidades encargadas de controlar la red, con lo cual se depende de la participación de terceros para realizar las transacciones.
Para participar de una red blockchain privada se necesita de una invitación o permiso, que puede ser validada por quien edifica e inicia la cadena de bloques, o bien a partir de determinadas reglas preestablecidas.
Las cadenas de bloques privadas suelen considerarse un ecosistema atractivo para las empresas.
Son blockchains de uso corporativo, que permiten a empresas y/o instituciones gubernamentales contar con una red distribuida a nivel interno, ya sea con proveedores, otras empresas, organismos, diversas contrapartes, etc.
El ejemplo quizá más conocido de blockchain privada es Hyperledger, creada por la Fundación Linux al servicio de diferentes necesidades empresariales.
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En una red blockchain privada, la empresa puede establecer ciertas restricciones en relación a los miembros de la red o de las transacciones allí realizadas.
Para el acceso, el mecanismo de control puede ser mediante una autoridad reguladora, o por ejemplo, que los participantes existentes decidan sobre los futuros participantes.
Cuando una empresa, proveedor, institución o entidad cualquiera haya sido autorizada para sumarse a la red, jugará un rol para mantener la blockchain de forma descentralizada.
Únicamente las entidades o empresas que participan de la red y de una transacción -sea de datos o valor- tendrán acceso a ella. Otras no podrán.
De acuerdo con Jayachandran de IBM, las blockchain privadas presentan «mayor escalabilidad en términos de rendimiento transaccional«.
Ejemplos de blockchains privadas:
Fuentes consultadas: